domingo, 7 de marzo de 2010

La vida es una carretera...





La vida es una carretera siniestra llena de baches y zonas sin asfaltar que tenemos que saber lidiar como mejor sepamos. Sucede que, en mi caso, me cansé de saltar y esquivar y tiro hacia adelante sin importarme lo que encuentre en mi camino. Ya nada me importa. Me da igual que llueva ya que no veo el cielo. Las paredes de mi casa me aprietan el corazón y el techo lo toqué hace tiempo. Me da igual que llueva pues no me voy a mojar. Lo único que lo hace son estas malditas lágrimas que se aferran a mi mejilla y no se dejan secar. Y lo hago solo que es como mejor se llora. Y me consuelo solo que es como peor se consuela uno. Supongo que cuando tu desgracia te la has buscado tú será porque te la mereces y debes ser consecuente con ello. Vale, lo soy, pero me cago en la puta madre del silencio y la soledad. Desde mi ventana veo llover y a gente, a pesar de todo, amándose. Uno de ellos podría ser yo pero no lo soy. Mi silueta se puede ver desde el otro lado del cristal observando con pura envidia los corazones cogidos de las manos, los que se pelean y reconcilian en el portal. Lo mejor en estos casos es cerrar la persiana y ponerse a mirar el techo que cada vez me aprieta más el alma.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Animateee, intenta enfrentarte y rompe ese techo que te aprieta el alma!! SONRIE ES LA MEJOR ARMA!!

Iván Domínguez dijo...

Dicen que eso funciona...voy a intentarlo :)
Un besote

Unknown dijo...

me alegra leer esto... :D

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