viernes, 12 de marzo de 2010

...Se vinieron vacías




Mis manos, estas manos mías, estas manos tan llenas de culpa y tan llenas de nostalgia. Manos sinceras pero llenas de dolor. Estas manos que un día fueron alma y fueron fuego, estas manos, estas manos mías, ayer se vinieron vacías. Y alegres por diversos motivos pero aún más tristes por lo demás. Ardían de ganas por tocarte y acariciarte y vinieron frías, gélidas y absurdas como mis ojos cuando evitaban mirarte, como mi cuerpo cuando se marchó.

Mis manos, estas manos que fueron tuyas, estas manos que ahora solo son mías. Estas manos tan ásperas y solitarias. Manos sostenidas por el pecado y el deseo. Estas manos que un día fueron vida y fueron luz, estas manos, estas manos mías, ayer se vinieron vacías. Y sufre el aire y sufro yo. Nunca sentí el humo de un cigarro hacerme tanto daño. Sentir ese humo sin haberlo sentido y ver como te agotas destrozó lo que quedaba de mi corazón y tuve que volverme recomponiéndome poco a poco. Falso por esconder mis lágrimas. Oscuro y lento...

Mis manos, estas manos mías, estas manos tan llenas de ti y tan vacías de ti. Manos sucias, manos arrepentidas. Estas manos que un día fueron tu sostén y tu alimento, estas manos, estas manos mías, ayer se vinieron vacías

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